domingo, 8 de octubre de 2023

EL CIVISMO INCIVICO

Por circunstancias, desde hace unos años, he tenido que visitar y hacer uso de los hospitales de la comunidad, en mayor o menor medida he tenido que sufrir esa lacra autodestructiva, que es el ser humano para con los demás circundantes... siempre hay quién no respeta la convalecencia o el mal estar de los que estamos en esos sitios, en frías salas de espera esperando un turno que a veces se eterniza.
Pongamos ejemplos de ello.
El uso del puerto de las salidas principales, que en menos de minuto y medio debería de hacer ese uso que está destinado, a dejar o recoger a personas con movilidad reducida, carga y descarga de paqueteria rápida o  entrada de ambulancia si se precisara... No, hay gente que viene a esperar a la pareja o enfermos sin ningún tipo de impedimentos en el traslado a pié, quedándose los citados conductores, largos y despreocupados minutos de espera,  a quién no necesita ese servicio personal y despojando de él, a los que si lo necesitan.
Fumar, por ley, debiera ser a 50 metros al menos de las puertas de hospitales, centros sanitarios o colegios... No la cantidad de desperdicios de cigarros ( colillas y chustas) se deben barrer a diario  sin pensar que hay enfermos con inmunodeficiencias o enfermedades neumonales que se pueden ver afectados, pero que coño, si hay hasta pacientes con el pijama y la vía puesta que bajan a fumar a ese citado emplazamiento.
Ya que hablamos de puertas, las entradas de hospitales, consta de puerta central  corrediza y automatica con las correspondientes salidas de emergencia,  enseguida un recibidor, pero con lss puestas de emergencia correspondientes en el centro y otras dos puestas correderas y automáticas, debidamente señaladas como "entrada" y "salida" para una mayor fluidez en el tránsito, a la par esta así situado,como cortina termica que hace que se conserve mejor la temperatura interior, si se mantienen correctamente cerradas.... Pués no, la gente entra y sale por donde quiere, aún te lleve por delante, teniendo preferencia, ya ni que decir tiene que habrán lss puertas de emergencia ¿por no se que razón?, quizá torcer 45° sus pasos sea mucho esfuerzo... Luego son los primeros en quejarse que el interior hace calor en verano y frío en invierno.

Las salas de espera, un mundo a parte, que me hace recordar la fotografia que pegó arriba.
La enfermera que te mandaba callar en un sitio que se necesita el silencio, para la propia salud.
Hay que aguantar, al adulto que para que se calle el niño, le deja el móvil con la "patrulla canina", "pocoyo" o el dibujo animado con la cancion más estridente de turno que haya a todo volumen, para mantener callado el niño/a que tutelan.
Hay que aguantar, escuchar conversaciones telefónicas en voz extremadamente alta, para la tontería que está hablando.
Hay que aguantar a gente que te informa de sus males o sus enfermedades, pués bastante tenemos con las propias.
Hay que aguantar, gente que se cuela en las filas de extracciones o pretende entrar a consulta con el típico " solo voy a preguntar una cosa" .
Ahora hablamos del número de acompañantes por paciente, ya sea en operaciones o ya ocupando una habitación.
La semana pasada asistí a modo de espera a una intervención quirúrgica, nosotros fuimos tres acompañantes en una sala minúscula, para el número de gente que iban a operar, mal por nuestra parte, pero al menos no hicimos ruido, con un paciente llegaron cuatro, que juntaron con otros 6 de otro enfermo, que resultó que se conocían y entre los 10, montaron, un tumulto bebedero, de voces, risas y golpes en donde era menester musical... una vergüenza, pero así es.
En las habitaciones tres cuartos de lo mismo, ha veces se juntan 6 u 8 familiares   que unos respetan y otros no o bien meten menores imposibles de apaciguar, agrabdandose esto, si la habitación es doble , es decir, alberga 2 pacientes, con sus corte de fieles....
Que lo que puedo añadir a esto, es que recién operado, lo que menos necesitas es agobios, gritos y preguntas obvias como, "¿te duele?" O "¿ ya te has despertado?".
Somos los que vamos de cívicos, cuando somos todo lo contrario, en una sociedad que necesita comprensión, y en estos sitios más, nos escuderos en hechar culpas a los demás y demostrar lo individual que nos creemos, con ese efecto V que nos está comiendo.