viernes, 6 de noviembre de 2015

OTRA NOCHE MAS (Aquella noche llovía)


Esa noche llovía, en el furtivo rincón apartado, en el cual tenías pensado que conociéramos de nuestras vidas… Que las volviéramos a cruzar y así, a la par, ponernos de penas al día. Estabas nerviosa y sonreías, al querer saciar la curiosidad, ejerciendo el consejo de aquella arpía, teniendo esa infidelidad, que te devolviera a los brazos de quien no te valoraría…Así te vería infeliz, así su gozo se eternizaría. Pero, no conto que, aunque poco un fugaz momento me querrías, y en aquel sillón, en el centro del anonimato que da la inmensidad del “moll” me besarías, y de qué forma, que hasta se empañaron tus pupilas. Aquella noche llovía, en tus ojos tristes, una chispa se encendía… olvidando las noches de espera y los días de gélida desidia, pues digamos sin gruesos velos, que en tus días te llovía. Esperaste algo más, de lo poco que ofrecía, que era todo a mi entender, más mi cuerpo el que no podía y tu rechazo me hizo entender que de otro te sentías… que tu futuro es lo que elijas y no era quien para poner criticas…. Pero esa noche y varias más guardáremos cual reliquias. Aquella noche llovía, en lo profundo de mi alma, y creyéndote encontrar, creí que eso me ayudaría, a disfrutar en ti esa paz, pues la guerra me seguía y me quise aferrar a algo, que, sin ser verdad, oxigeno dio a mi vida, aunque luego me hundiera más, me sirvió para coger carrerilla… nada mejor que aprender a nadar. en un sunami de desdichas, algo así debe ser la vida. Esa noche llovía, y sin ser el uno del otro, algo nació en tu coche, que, aunque murió en pocos días, no olvidaremos que se sentía, aunque ya con la distancia y apuntaladas nuestras vidas, solo es la anécdota de algo bonito, la inspiración de varios días y si con ello dimos lecciones para vivir la realidad distinta, también nos sirvió para ser aprendices de la vida. Aquella noche llovía, y un arcoíris de sentimientos ha adornado tu recuerdo, del odio más extremo a aceptar lo que con dolor me impusieron, a acordarme en estas fechas, de que bueno fue y está en el cenicero, como cenizas de lo que no creció y que tampoco hubiera sido bueno… Ni carácter, ni atracción, nada nos mantendría eterno pues de eso nada existió, pues lo que no puede ser no es y que en mi vida hay mil historias tan bellas como mi espejo. Efemérides de un día extraño, que llovió como cualquier sueño, en los que se refrescan las ideas, en los que se aclaran sentimientos y como siempre escribir me ayuda a sacar de dentro.

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