jueves, 17 de mayo de 2018

COMO UN BURRO AMARRADO EN LA ESQUINA DEL SOFÁ

Como un matrimonio abandonado, de esos que rema cada uno para un lado... De los que se esta por estar y no se comunica , ni se habla, en los que romper seria para ellos pecar.
Como un matrionio ya seco, que ninguno charla por no pecar y tener culpa de terminar... De esos que si confrontan palabras, es para gritar, discutir por la razon llevar y obcecados en sus razones, no dejan avanzar.
Como un matrimonio resentido, cuya única llama de vida, es un polvo rapido el mes que le toca, que acaba se limpia y se da la helada espalda, sin besos de pasión, solo el intercambio de fluidos que la naturaleza animal les desata, aunque se asqueen ellos mismos de sus bocas, de sus sudores o de su aliento.
Como un matrimonio eterno, en los que cada minuto es un siglo, cada siglo es un calvario y su único alvario es convivir, a expensas de negar o contrariar a la otra parte, enemigos íntimos, que hielan su intimidad, que no son capaces de disimular que lo que les unía ya no volverá,
Como un matrimonio estremecido, que ha fracasado en maneras, directrices e ilusiones, que se da cuenta que no tenían las  mismas metas, que sin reproches descubiertos, se envenenan de "si hubieras" que el otro no curso... Sin llegar a enseñarlo, nunca estarán unidos, ni en recordar ratos.
Como un matrimonio mudo, en el que uno lleva el mando y el otro por miedo o por comodo trato nunca dirá mas alto su pena, ni su pesar, ni su mundo sensato... Que al final termina haciendo infeliz a uno y al otro déspota ingrato, que ni si quiera se ha percatado que su otra mitad nunca se ha relacionado.
En todo vale este símil, en trabajo, en familia, en cualquier relación entre personas... que se alivia o se cambia, con canas al aire, apoyo logístico o callando para siempre el malestar, en disimulos al patio de butacas y a los demás actores, cual burbuja inventada, como  el mono que aplaude con  acompasados movimientos en la mente de algunos para eludir realidades.
Nos queda quejarnos, y después iniciar pasos con nuevas influencias, pero para eso hay que salir de la confortable zona de dejar pasar las cosas , aunque estén muertas e intentar perfumar el olor a descompuesto de la situación.
Dicho esto, me voy a echar el euromillón a ver si cambia el asunto, como deberia haber cambiado el miedo

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