lunes, 10 de junio de 2013

CENTROS Y DESCENTRO


Lo primero que me dijeron al empezar en el nuevo trabajo fue que estábamos para notificar incidencias en cuanto al uso de las instalaciones, apoyo de los vigilantes en el seguimiento de sospechosos pero con la prohibición de intervenir en detenciones e información para los clientes, solo y exclusivamente información, mas de tres frases por parte de ellos es considerado como pesado y se debe cerrar la conversación … Al ponerme en el puesto de puerta me advirtieron poner “cara de perro” , expresión que por desgracia no me costó poner, al utilizarla en demasiadas ocasiones estos tres últimos años, amabilidad para los interrogantes viandantes pero sin efusividad y totalmente prohibido hablar con limpieza, dependientas de tiendas y compañeros de seguridad a no ser que sea exclusivo trabajo. Una estricta forma de trabajar que veo que da seriedad pero que anula la individualidad del individuo que no creo que incida en el buen hacer del trabajo encomendado… estas normas no vienen dadas por la dirección de mi empresa que al contratarnos nos sabe “capaces” de empeñar nuestro puesto o ser sustituidos y trasladados a puestos más cualificados (que no están las cosas para desparramos por ningún lado). Esto viene dado por la gerencia del centro comercial y se aproxima a ser un “escrache” de voluntades ( uy que parezco del gobierno, se me pega todo jejeje). Y a esto me refiero es comparativo al propio gobierno de la comunidad, un espacio cosmopolita y de sociabilidad entre personas como son los centros comerciales, entrañan una maraña de normas totalitarias que van en contra de esa sociabilidad que parece tener estos lugares de encuentro. En Madrid eres muy libre pero si miras al lado opuesto de los demás te llevas un porrazo. Nunca me han gustado estos sitios, me recuerdan a un hormiguero donde las hormigas chocan entre sí, sin antenas, a su libre albedrio sin importarle el drama del quien se ha cruzado, una oda a el consumismo y el materialismo, con tiendas impersonales con nombre “raros”, demasiado caros y que la apariencia es más importante que las personas, donde encuentras de todo menos almas al estar robotizadas o alienadas al dios €uro. Me recuerda a la canción de “Barón Rojo” o a la de “Def con dos” No me quejo, de las normas, las acatare porque por suerte o desgracia mi padre me enseño a ser profesional o intentarlo en todo lo que haga laboralmente… y eso he intentado en todo. Pero gran parte de mi éxito laboral ha sido por las relaciones con los compañeros en general y a costa de horas lo normal es hacer vinculo con ellos o mi “don” de gentes cara al público, sin hacer monólogos , ni debates ni juegos de magia, pues como digo ahí está el profesional, pero al menos , si una señora mayor está asustada por no saber donde esta , señalarle amablemente su posición , devolverle la sonrisa a un niño que te la ha cedido por inocencia o preguntar qué tal le ha ido el día libre a la cansada limpiadora que te mira con ojos de no haber pasado buen día y eso le puede suponer un desahogo en cuatro palabras. Todo ello sin faltar a lo que estás haciendo, sin fallar en tus cometidos y dando la suficiente seriedad y fiereza para que todo marche bien y hacer más fácil que esa maraña de gente sin antenas para reconocerse no incumpla las normas mínimas de relación a la par que los amigos de lo ajeno no se salgan con la suya. Está claro que en este trabajo no puedes ir de buenas, ni dejarse amedrentar pero tampoco negar un saludo…. Quien me lo iba a decir, yo de traje, en un centro comercial y sin hablar con las circundantes… eso sí, puedo mirar, eso no me lo quita nadie jejeje Espero que me dure mucho este trabajo que aunque es justito económicamente, no es demasiado duro y parece que ya mi vida esta posicionándose de nuevo

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